miércoles, 1 de mayo de 2013

La loca que pedía a gritos amor y el voyerista que no la escuchaba pero siempre la amó


La mujer a lo largo de la historia se ha encontrado con una serie de inconvenientes que le han impedido llevar una vida plena y desarrollarse física y mentalmente como un ser humano óptimo, desde el principio de los tiempos el hombre ha prevalecido por sobre la mujer, son un sinfín de factores que han afectado a el desarrollo de la mujer, la biología, psicología y fisionomía son una parte ínfima del problema, la cultura es el gran factor que permite que la mujer y también el hombre hayan sido estereotipados en su actuar y pensar durante siglos, a tal punto de establecer un ideal inquebrantable de hombre o de mujer.
Es por todo esto que he decidido hurgar este tema en mi obra, basada en la investigación previamente realizada y más que nada dejándome llevar por el instinto.
 “Ámame sin maquillaje” es la frase escogida para que este personaje pueda fundirse en la absoluta locura, y refleja una de las profundas aspiraciones de la mujer y de la sociedad actual. Pedir a gritos, escribirlo, contarlo en todos los idiomas, denota la desesperación de la mujer por ser amada tal como es, por ser respetada y dejar de ser vista como un objeto de servicio que además sirve para ser contemplado, cuando me refiero a “servicio” cabe destacar que mi intención no es caer en convencionalismos feministas, ya que existen estudios psicológicos que avalan el hecho de que el cuerpo y la forma específicamente del sexo de una persona marcaran su personalidad durante su vida.  En la psicología podemos distinguir aspectos dominantes en la psiquis del hombre y la mujer, en el hombre por ejemplo domina e expulsar, soltar, botar, en la mujer el retener, guardar, juntar, esto es demostrable en la vida cotidiana de ambos sexos.
“La mujer soñada es accesible en todo momento, constantemente lubricada, siempre dispuesta, en un estado de deseo perpetuo y absolutamente unipersonal, pero de la cual se puede prescindir inmediatamente después de finalizado el acto. Incluso más cómodo después de eyacular” (Marco Antonio de la Parra, sobre los hombres o lo que queda de ellos, página 102)
El cuerpo de la mujer está diseñado para ser disfrutado por otros, por el hombre, el hijo que está por nacer y luego cuando este nace le provee de alimento. El cuerpo del hombre en cambio está diseñado para su propio placer y deleite.
Pareciese que todo en la vida jugara en contra de la mujer, es más débil, desarrolla de óptimo manera sus emociones lo que en el mundo actual suele parecer una desventaja, es menos competitiva, etc. Sin embargo la diferencia fundamental en la vida de una mujer en comparación con un hombre no son precisamente los aspecto biológicos, o psicológicos, sino culturales. Es el contexto, en especial el familiar, el encargado de crear el estereotipo de mujer, un experimento realizado en el año 1997 por el psicoanalista Alain Braconier lo demuestra con creces: Se proyectó una diapositiva de un bebé de nueve meses llorando, a un grupos de adultos de diversas edades y sexos, se estableció un pregunta frente a ellos: ¿Por qué llora este niño? Todos asintieron y en acordaron en que “el niño llora porque tiene rabia”. Luego la misma prueba fue realizada, con un grupo distinto de personas, esta vez la pregunta fue distinta ¿Por qué llora esta niña? De forma unánime todos acordaron que “la niña llora porque tiene pena”. Esto prueba que la interpretación de una misma emoción varía dependiendo de a quién o a qué sexo se la atribuimos, creando así un estereotipo.
Si bien es cierto que nuestra sociedad ha avanzado lo suficiente como para insertar a la mujer en muchos espacios que antes le pertenecían en exclusiva al hombre, lo que se ha logrado con esto es que si antes la mujer sólo se preocupada de los quehaceres del hogar y de los niños, hoy día la mujer, se preocupa del trabajo, de los quehaceres del hogar, de los niños, del marido, de realizar vida social y estar siempre bella y sana.
“Durante los últimos tres decenios el 90% del crecimiento de la población activa se debe a la incorporación de mujeres. Más de cuatro millones han ingresado en el mercado laboral. En el sector terciario, su actividad progresa dos veces más rápido que la de los hombres. Mejor: además” (Alain Braconier, el sexo de las emociones, páginas 118-119).
El maquillaje juega un rol fundamental en esta obra ya que  ha significado desde sus orígenes un símbolo de opresión y de estereotipización para la mujer, fue en el antiguo Egipto que comenzó a practicarse el maquillaje como una forma de mostrar prestigio, en sus inicios era utilizado tanto por hombres como por mujeres, fue la cultura romana que estableció el maquillaje como elemento intrínsecamente femenino, desde entonces, el maquillaje, la moda, la forma de actuar, la forma de ser o la vida que elegir han estado completamente preestablecidas para una mujer.
El maquillaje en esta obra no sólo se representa a sí mismo, sino que es una ínfima parte y representa a la vez toda la gama de objetos y estereotipos que han reprimido a la mujer durante años, cabe mencionar como ejemplo entre ellos, los zapatos de tacón fiel figura de represión, que según nos cuenta la historia en 1660 Nicolás Lestage realizó el primer par de zapatos de tacón a petición del rey Luis XIV,  que los solicitó para parecer más alto.
Este calzado está diseñado especialmente para hacer parecer las piernas más largas en la mujer, tiene un razón estética, pero a la vez incomoda y oprime la punta del pié de tal manera que llega a deformarlo. Así mismo, como el calzado y hasta el día de hoy los aros, el colales y un sinfín de artículos de belleza femeninos, estos han significado formas de tortura para la mujer, sólo con fines triviales y estéticos que complacen nada más que a los hombres.
Sin embargo nuestra sociedad avanzada en tecnologías y escasa en exteligencia se encuentra muy lejos de alcanzar la armonía en este eterno conflicto.
Es por esto que con mi obra busco a instar a una reflexión por parte del observador. El trabajo que he realizado consta de una ambientación que corresponde a un altar en el que se cuenta la historia de la relación anónima de dos personajes, el primero es “la loca”, mujer de negro que producto de una crisis neurótica propia de una mujer alterada por las constantes exigencias de la colectividad comienza a escribir la frase “ámame sin maquillaje” desesperadamente y en todas partes. El segundo personaje es “el voyerista” quien observa a esta mujer curiosamente y la persigue, comienza a tomarle fotos, y ya más tarde se inmiscuye en su vida privada y le arrebata objetos que luego él guarda como fetiches. Con todas estas fotografías y objetos finalmente, levanta una especie de altar inconscientemente, lo que será la ambientación de la obra.
Expectativas: Hacia a donde apunta esta obra, cuál es el objetivo
La obra realizada La loca que pedía a gritos amor y el voyerista que no la escuchaba pero siempre la amó
busca presentar al espectador una historia, creando un contexto con la ambientación presentada, como la escena de un crimen que espera por ser resuelta, el espectador participa dentro de la obra al intentar reconstruir y armar los vestigios de esta historia, entregados mediante la fotografía y los objetos fetiches, que están determinados de tal forma que no pueda dar espacio a la confusión pero al mismo tiempo dejar libre a la imaginación y subjetividad del público. A través de este diálogo instar a la reflexión.
La obra se constituye de tres partes:
La acción: Comprende primeramente de la construcción de un personaje; “la loca”, que basado en un prospecto pintoresco de mujer neurótica que llega a la locura producto del desamor, personaje que represento y utilizo para llevar a cabo los desvaríos de amor de esta mujer.
La fotografía: En esta segunda parte entra en juego un segundo personaje “el voyerista”, que representa al hombre actual y a la sociedad en general, que se limitan a observar como la mujer pide a gritos ser amada y respetada.
El montaje: El cual es un altar en el que “el voyerista” (la sociedad), rinde homenaje secreto a “la loca” (la mujer), la cual admira empero nunca comprende su consigna, y no hace nada por ello, más que ser un espectador pasivo de la situación.
En definitiva no pretendo realizar un discurso feminista con mi obra, pero tampoco dejar indiferente o llegar a ser tan subjetivo que finalmente el objetivo termine por diluirse, no es lo que busco en el arte, la subjetividad es una arma de doble filo, induce a un pensamiento obligatorio, a un cuestionamiento inevitable pero confunde,  mi obra es concisa, muestra el camino, pero no guía por él, eso es trabajo del público, desenredar toda la historia que se le es presentada, descubrir, reflexionar, concluir. En lo personal busco seguir explorando y teorizando, encontrar caminos, nuevas técnicas y formas adecuadas se expresar, sin ser evidente pero tampoco caer en la confusión. Investigar y luego dejar que el instinto haga su parte.





















2 comentarios:

  1. Interesante y asertiva obra, la mujer debe amar y expresarse en todo sentido de forma libre sin ser cuestionada ni criticada.
    Éxito en todas tus creaciones , vive libre vive feliz.

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  2. Gracias siempre se agradece que las personas se interesen en el arte y participen con sus comentarios, sean éstas críticas constructivas o destructivas, gracias viviré y seré libre :D

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